El municipio, situado a 90 m de altitud sobre el nivel del mar, se encuentra en el valle que forma el río de su nombre que se conoce por el de la Cueva desde su nacimiento hasta entrar en el término de Benamargosa.
El terreno va descendiendo desde los puntos más altos del término municipal, cerro Agudo (558 m) y Corbachos (422 m), a uno y otro lado del río, hasta asentarse en el llano. Además del río Benamargosa, el término está regado también por los arroyos de Carvajal, Cútar y el barranco Marín.
Las casas ascienden quebradas y pendientes por la ladera de la colina, delatando su trazado de origen árabe. En la parte baja se encuentran los edificios más modernos y la iglesia, así como la plaza principal. Viviendas de nueva estética desplazan a las construcciones tradicionales.
De sus edificios destaca la iglesia, construida a finales del siglo XVI con añadidos del XVIII, de planta octogonal y yeserías. Tiene tres naves y una torre adosada. Fue convertida en parroquia en 1546 bajo el reinado de Felipe II.
Benamargosa ofrece al viajero un espectáculo inusitado del verde intenso que prestan a su vega los campos de aguacates y limoneros.
Matorral mediterráneo, chumberas y pitas, y en los escasos campos abandonados, bolinas, retamas, altabacas, y en los taludes, acederas, corregüelas, centaureas y guisantes. En la rambla del río aparecen juncos y altabacas.
En la mayoría de los platos interviene el aguacate. También se consume un exquisito batido hecho del mismo fruto.
Existe un especialista de la forja y fragua.
Festividad de San Sebastián, patrón del pueblo, el 20 de enero. En este día, los mayordomos del santo abren las puertas de sus casas donde reciben a familiares y amigos, a los que agasajan. Durante el verano se organiza una semana cultural.
Los más viejos del lugar cuentan que durante la guerra civil española (1936-39) se conocía a Benamargosa como el Gibraltar Chico al convertirse en esta época en un importante centro del contrabando de tabaco. Los vecinos se hacían traer las hojas de tabaco de la vega de Granada, que en otros tiempos dedicó grandes superficies a su cultivo. Una vez la materia prima en Benamargosa, la manipulaban y preparaban para su consumo, siendo su campo de venta la provincia de Benamargosa, e incluso toda Andalucía, según algunos. De ahí el sobrenombre de Gibraltar Chico con el que fue bautizado el pueblo por la chispa popular.